domingo, 22 de noviembre de 2015

Lo que toda embarazada debería saber

Hace ya unos seis años que hice ya mi formación de doula (mujer que da apoyo a otra en el embarazo, parto y puerperio). Por eso al quedarme embarazada yo ya sabía la importancia de acudir a un grupo de apoyo a la lactancia incluso ya durante el embarazo. Y es que la lactancia muchas veces no es tan fácil. Es como tener el parto con el que habías soñado, en un entorno respetado, sin oxitocina (porque sabes sus efectos en el bebé), sin epidural (porque sabes sus efectos en el bebé) o sin cesárea porque también sabes sus efectos en el bebé. Y de repente sin previo aviso te encuentras de 36 semanas, con preeclapsia y te enfrentas a una inducción de un día para otro cargándote con todo el pack, incluído un bonito pespunte en el abdomen. Pero hay que tirar “palante”. 

Pues con la lactancia pasa lo mismo. Cuando tienes a tu bebé por primera vez en brazos piensas que lo peor ya ha pasado y que ahora viene el disfrute, la nube de amor, el color rosa, la sonrisa permanente mirando la carita de tu hijito. Y así es en muchas ocasiones, es verdad. Pero no en todas, ni mucho menos. Ya en las primeras tomas puedes enfrentarte a un choque emocional porque el bebé no se despierta, no come, el pecho te duele, te salen grietas porque nadie te ha explicado cómo poner al bebé y lo haces por lo que has visto en las películas o los anuncios de la tele, al bebé le baja la glucemia y hay que darle leche artificial, o te han separado de él por este o aquel motivo y “como no podía estar sin comer” ya le han enchufado un biberón y nadie te dice que lo único que necesita tu bebé es seguir pegadito a ti, seguir sintiendo tu calor y seguir escuchando tu respiración y los latidos de tu corazón para que todo vaya mejor, o que te puedes extraer unas gotitas de calostro y dárselas con una simple cucharilla para que todo siga su curso natural…cuántas cosas pueden pasar (y pasan) que no entraban en tus planes rosas. 

Y es entonces cuando víctima de tu cocktail hormonal y de este choque emocional empiezas a darte cuenta de tu realidad y se te llenan los ojos de lágrimas. Y aunque estás convencida de que quieres darle el pecho a tu hijo, (porque también sabes los efectos de la leche artificial en los bebés) todo está en tu contra, todo…menos el amor que sientes por esa criatura. Incluso tu madre, tu suegra, tu cuñada o tu cuñado que también sabe de esto, la vecina o una amiga que nunca dio de mamar o que ni siquiera tuvo hijos, parece que todos saben lo que hay que hacer y eres la única tonta que no tiene ni idea y que además le hace pasar hambre a su hijo. Otra cosa más por la que sufrir, que no teníamos bastante.
En fin, que te sientes más sola e incomprendida que nunca, con un bebé que no mama bien, que te hace daño y que según los demás le tienes desnutrido, con lo bien que estaría con un biberón. Pero ahí estás tú, que aún llorando por las esquinas y pasándolo peor que nunca, sigues sacándote la teta una y otra vez. O no. O quizá te rindes y tiras la toalla porque no puedes más. Pero si antes te sentías mal, y culpable por no saber cuidar de tu hijo, por no saber alimentarle, ahora ya ni te cuento lo culpable que te sientes por rendirte y por ver otro de tus planes rosas salir volando por la ventana.  

Por otro lado, no hace mucho que yo decía en una entrevista en la radio que si una madre por el motivo justificado que sea no puede dar de mamar a su hijo, no pasa nada, hay que aceptar la vida como viene, y si no puedes hacer más pues hay que aceptarlo. Una madre me reprochó estas palabras porque no se puede decir que no pasa nada, en realidad que pasa algo. Y claro que pasa, pasan muchas cosas que en principio no quieres para tu hijo, pero si no puedes hacer más de lo que has hecho, no te sientas culpable por favor, a eso me refiero con no pasa nada, ya sabemos que la lactancia materna es lo mejor que puedes darle, pero dejémonos de dramas y culpabilidades, sin querer decir con esto que a la primera de cambio tires la toalla, muchas lactancias difíciles en sus comienzos dejan de serlo para convertirse en lactancias felices y prolongadas.  

Y bueno, que me desvío. Porque lo que quiero transmitir aquí, es que muchas de estas problemáticas suceden por no saber, por ser ignorantes de nuestra propia naturaleza, que sabemos más del manejo de internet que de nuestro propio ser. Por eso hay que volver a aprender de nosotras, unas de otras, las que no saben de las que ya han pasado por ello y ahora saben un poquito más. Así que, mujeres embarazadas, acudid a los cursos de preparación al parto, donde las matronas de atención primaria os introducirán en el apasionante mundo de la lactancia y aprenderéis muchas cosas que os resultarán necesarias. Algunas de ellas forman incluso su propio grupo de apoyo, preguntadles. Y acudid también a los grupos de apoyo de vuestra localidad incluso meses antes de parir, no esperéis a tener problemas, iréis preparadas para el color rosa y para muchas otras tonalidades que os pueden sorprender durante y después del parto. Y si tenéis oportunidad de acudir a más de uno, probadlos y luego elegid el que os dé mejor impresión o vaya más con vuestra forma de pensar y sentir. Pero sobre todo informaros sobre lactancia, en los grupos de apoyo, leyendo, hablando con otras madres…saber que en el quinto mes de embarazo tu bebé ya puede escuchar tu voz es muy bonito, pero también lo es saber darle lo mejor de ti cuando nace y sobre esto parece que se nos olvida buscar información y consejos. Cuántas cosas pueden pasar y pasan, que no entraban en tus planes rosas, pero cuántas podrías no haber vivido si hubieras estado mejor informada y con el apoyo necesario en estos momentos.

1 comentario:

  1. Qué bonito Laura, me has emocionado al recordar mis inicios con la lactancia. Gracias

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